Trabajo de lanzado en taludes

La estabilización de taludes constituye una práctica fundamental en el ámbito de la ingeniería civil, orientada a mitigar el riesgo de deslizamientos de tierra y a salvaguardar la seguridad en áreas geotécnicamente vulnerables. Históricamente, el uso de concreto proyectado, conocido como shotcrete, ha sido una de las metodologías más prevalentes para el refuerzo de taludes. No obstante, la producción de concreto, un componente esencial en este procedimiento, representa una fuente considerable de emisiones de CO2. En la actualidad, la industria de la construcción está adoptando un enfoque hacia soluciones más sostenibles que minimicen el impacto ambiental de estas obras cruciales.

El procedimiento de aplicación de concreto proyectado en taludes consiste en la proyección de concreto a alta velocidad sobre una superficie, creando una capa protectora. Aunque este método es eficaz para la estabilización, su principal componente —el cemento— es responsable de una significativa emisión de dióxido de carbono durante su producción. Ante este desafío, empresas y profesionales del sector están implementando nuevas prácticas y materiales que buscan reducir la huella de carbono asociada a estos proyectos.

Entre las innovaciones más destacadas se encuentran la incorporación de aditivos ecológicos y la sustitución parcial del cemento por subproductos industriales, tales como la escoria y las cenizas volantes. Estos materiales no solo contribuyen a disminuir la cantidad de cemento requerido, sino que también optimizan las propiedades mecánicas del concreto, incrementando su durabilidad y disminuyendo la necesidad de mantenimiento a lo largo del tiempo.

Realización de lanzado



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